Don’t Be Kind Stone: una bolsa que no pide permiso para ser distinta.

En el universo del vestir, los accesorios ya no se limitan a complementar. Hoy son piezas centrales que hablan por sí solas, que articulan discurso desde la forma, desde el uso, desde la calle. Y en ese panorama, la bolsa Don’t Be Kind Stone de Occipital propone algo más que una solución estética: ofrece un soporte para la identidad, un espacio donde el objeto deja de ser neutro para volverse personal.

La Don’t Be Kind Stone no pretende ser amable. Su diseño parte de una lógica de libertad: una silueta amplia, resistente y funcional, con proporciones generosas que invitan a cargar con todo lo necesario (y lo innecesario también, porque de eso también se trata vivir). Pero lo que verdaderamente distingue a esta pieza es su capacidad para ser modificada, intervenida, reinterpretada por quien la lleva.

Una diseñadora que desafía las formas tradicionales

Detrás de esta creación está la diseñadora de moda de la casa Jessica Gutiérrez, una mente audaz y atrevida, conocida por abordar cada pieza como una forma de expresión. Su enfoque va más allá de lo meramente visual: diseña con intención, con una comprensión profunda de cómo los objetos pueden transformar el lenguaje del vestir. Para ella, cada accesorio debe ofrecer algo más que estilo; debe tener una razón de ser. En Don’t Be Kind Stone, su visión se plasma con claridad: diseñó una bolsa que prioriza la comodidad estructural sin sacrificar el potencial expresivo, un equilibrio poco común que solo se alcanza cuando el diseño se piensa desde el cuerpo y hacia afuera.

Jessica Gutiérrez - Diseñadora de modas en Occipital Clothing.

Colgantes, pines y signos propios

El cuerpo de la bolsa está construido con un textil especialmente pensado para soportar intervenciones: pines, perforaciones, broches, sin comprometer su estructura. Tiene ojillos metálicos distribuidos estratégicamente y dos argollas que facilitan la personalización con todo tipo de colgantes —desde rosarios antiguos hasta figuras pop como peluches o llaveros—. Este sistema de diseño abierto permite que cada bolsa se vuelva única, que cada persona encuentre su propio equilibrio entre lo estético y lo simbólico.

En una época en la que las prendas se producen en masa y los accesorios se repiten de forma mecánica, Don’t Be Kind Stone es una invitación a resistir desde lo visual. Es una bolsa que no responde a una categoría cerrada: no es exactamente urbana, ni punk, ni gótica, ni kawaii... pero puede ser todas esas cosas a la vez, dependiendo de quién la lleve y cómo decida construirla. Es, en muchos sentidos, un territorio en blanco para la expresión personal.

Una nueva versión de una pieza icónica

La Don’t Be Kind Stone nace como una variante de la ya conocida y querida Don’t Be Kind original, una de las piezas más emblemáticas de Occipital. Si la primera edición apostaba por un colores cargados de fuerza y profundidad, la versión Stone propone un giro visual: un tono gris cemento, sobrio pero cargado de textura, que agrega matices nuevos a una silueta ya consagrada. Este cambio no es solo cromático, es conceptual. El gris permite lecturas más abiertas, juega con la ambigüedad, con la neutralidad activa. Se vuelve fondo y a la vez protagonista, permitiendo que cada personalización —cada pin, cada objeto colgante— resalte de manera distinta. Es la misma esencia, pero con una nueva voz.

Pensada para mujeres creativas

La Don’t Be Kind Stone está pensada para mujeres que se mueven con determinación. Va dirigida a jóvenes creativas, observadoras, sensibles al lenguaje de las formas, que entienden la moda no como una regla a obedecer, sino como un medio para narrarse a sí mismas.

No es casual que surja dentro del universo de Occipital, una marca que ha sabido construir un lenguaje visual coherente, oscuro, lúdico, y profundamente narrativo. Esta bolsa encaja con esa estética, pero también la expande. Es una pieza viva, cambiante, tan adaptable como quien la elige.

La moda como espacio intervenible

En su forma más honesta, la moda no se impone, se construye. Y eso requiere herramientas, espacio y oportunidad. La Don’t Be Kind Stone es todo eso: una bolsa que no viene cerrada, sino abierta a múltiples versiones de sí misma. Su nombre no es una provocación gratuita: es una declaración. No se trata de ser amable. Se trata de ser fiel a una visión, incluso si eso incomoda.

Occipital.